Control de Palomas: Controlamos el posicionamiento hasta su erradicación definitiva, mediante diversas técnicas, como por ejemplo, ultra sonido, repelentes, mallas monofilamentadas, líneas antiposicionamiento, pinchos, etc.
Aunque el ave de la paz se identifique con una paloma, podemos asegurarle que esto no tiene nada que ver con la paloma que convive en nuestro entorno.
A pesar de su buena prensa, es en la actualidad una auténtica plaga en las ciudades, donde se las considera ratas voladoras.
Quizá los problemas más evidentes de esta plaga son el ruido que pueden generar cuando se acumulan en buen número en alguna zona, y sus excrementos. Las heces de paloma resultan notablemente corrosivas y acaban manchando, o dañando, casi cualquier superficie. Degradan las fachadas, corroen los metales, deterioran el mobiliario urbano, y en general dan a cualquier zona un aspecto bastante sucio y maloliente.
Resultan resbaladizas con la humedad lo que causa un notable riesgo de accidentes, tanto para peatones, como para ciclistas o motoristas.
Además las heces, junto con las plumas, son un foco de microorganismos y parásitos que pueden contaminar tanto alimentos, como suministros de agua.
La paloma es una de las especies urbanas más familiares de nuestro entorno.
En las ciudades se alimentan principalmente de basura y restos de la actividad humana.
En las zonas rurales viven cerca de granjas de animales y almacenes de grano.
En el ámbito urbano les gusta congregarse por centenares, (agrupándose también durante el vuelo).
Habitad
Les encantan los edificios grandes y muy altos, (herencia de sus orígenes cuando vivían en grandes acantilados).